domingo, 9 de marzo de 2008

Dánae y Perseo III

Perseo se deshizo en agradecimientos. Se puso las sandalias y se echó a volar con una torpeza que hizo sonreír a Hermes. El dios de los voladores le hizo una seña:
-Nos sacudas los pies tan rápidamente... El vuelo es una cuestión de entretenimiento... ¡Aprenderás enseguida!
Perseo, lleno de alegría, se dirigió hacia el poniente: ¡gracias a los dioses que velaban por él, ya no dudaba de que vencería a Medusa!
Atravesando bosques y ríos, se encontró con las ninfas, jóvenes divinidades de las florestas y las aguas. Encantadas por el coraje y el andar de ese joven héroe, le indicaron la guarida de las Gorgonas.
Cuando Perseo llegó al medio de un desierto y descubrió la entrada de la caverna, tembló de terror: alrededor no había más que estatuas de piedra. Allí estaban todos los que habían enfrentado a las Gorgonas y que habían sido petrificados por su mirada. Hasta aquí, Perseo no había medido la dificultad de su tarea: ¿ Cómo decapitar a Medusa sin dirigir su mirada hacia ella?
Sin embargo, se arriesgó en el antro oscuro, revoloteando. Penetró en el corazón de la caverna donde resonaban ronquidos. Luego vio un nudo de serpientes que se contorsionaban levantando hacia él sus cabezas que silbaban. Enseguida desvió la mirada y le murmuró, con el corazón palpitante:
-Las Gorgonas están adormecidas... ¡Los reptiles que tienen por cabellera van a revelarles mi presencia! No puedo de ningún modo matar a Medusa con los ojos cerrados. ¡Ah! Atenea- suspiró-, diosa de la inteligencia, ven en mi ayuda, ¡inspírame!
Una luz iluminó la gruta... y apareció Atenea, vestida con su coraza, y armada. Su mirada era bondad.
-Estoy conmovida por tu valor, Perseo. Toma, te confío mi escudo. ¡Enfrenta a Medusa sirviéndote de su reflejo!
Perseo se dió vuelta y comprendió de inmediato. Ahora, podía avanzar hacia los tres monstruos: extendía delante de sus ojos un escudo de la diosa, ¡tan liso y pulido como un espejo!
Las tres Gorgonas ya se agitaban en su sueño. Con su cuerpo recubierto de escamas y sus largos colmillos puntiagudos que erizaban sus fauces, eran en verdad horribles. Perseo ubicó rápidamente a Medusa, en el centro: era la más joven y la más venenosa de las tres. Retrocediendo siempre y guiándose por el reflejo del escudo, llegó hasta las Gorgonas en el momento en que esta se despertaba. ¡Entonces, dando media vuelta, blandió la hoz que le había prestado Hermes y la decapitó! La enorme cabeza comenzó a moverse y a saltar por el suelo. Durante un instante, Perseo no supo qué hacer. Luego tomó la alforja que le habían dado las grayas.
-Ay, ¡es demaciado pequeña! No importa, probemos...
Conteniendo su repugnancia, recogió la cabeza. Milagrosamente, la bolsa se agrandó lo suficiente como para que Perseo pudiera guardar en ella su botín. Después de lo cual, la alforja recobró su tamaño.
El héroe no tuvo tiempo de saborear su victoria: un ruido insólito lo alteró. Vio la sangre que brotaba a grandes chorros del cuerpo decapitado de Medusa. De aquella efervescencia rojiza surgieron dos seres fabulosos. Primero apareció un gigante con una espada dorada en la mano. Como Perseo retrocedía, el otro lo tranquilizó:
-Gracias por haberme hecho nacer, Perseo. ¡Mi nombre es Crisaor!
De la sangre de Medusa se desprendía, poco a poco, otra criatura, aún más extraordinaria: un caballo alado, de una blancura resplandeciente...
-Y eh aquí Pegaso- le dijo Crisaor-. ¡Ah... ten cuidado! ¡Las hermanas de Medusa se han despertado! ¡Están bloqueando el paso! ¡No... sobre todo, no te des vuelta!
Rápidamente, Perseo se colocó el casco de Hades. Se volvió invisible de inmediato. Desconcertadas, las Gorgonas se pusieron a buscar a su adversario. Y Perseo, con los ojos protegidos detrás del escudo de Atenea, pudo entonces escurrirse hasta la salida.

3 comentarios:

Joa dijo...

Fantastica la tercrea parte, me fascina el blog y la historia (obviamente).
Gracias por siempre pasar por mi flog.
Un beso.
Joany

Sofía dijo...

Que valiente que es perseo , es uno de mis heroes favoritos. Algo que quiero aclarar antes de que la Agus cuente la historia de los doce trabajos de Hercules es que Hercules es bisnieto de Perseo.

Muy lindo el blog!!!
Sofia

Agustina dijo...

Gracias chicas por sus comentarios!!
Es muy linda la historia, es una de mis preferidas!
Besitos!